¿Te sientes cómodo con tu silla de escritorio?
Es más, podría ser la pieza clave de la productividad y bienestar en el trabajo. En esta ocasión hablamos de por qué las sillas de oficina de calidad son tan importantes y cómo deberían ser.
El espacio de trabajo es importante para la productividad y es algo que sabemos todos. No es lo mismo trabajar en una oficina oscura e incómoda que en una con mucha luz y confortable. No obstante, hay veces que nos centramos sólo en la decoración, cuando realmente hay elementos que, además de ser estéticos, deben ser funcionales. La silla de oficina es uno de ellos.
Es más, podría ser la pieza clave de la productividad y bienestar en el trabajo. En esta ocasión hablamos de por qué las sillas de oficina de calidad son tan importantes y cómo deberían ser.
La importancia de contar con sillas de oficina de calidad
No todas las sillas son aptas para estar en una oficina. Hay que pensar que, generalmente, pasamos muchísimas horas en ellas, algo que puede causar problemas de columna si no escogemos un modelo adecuado; y es que la principal función de estas sillas de trabajo es la de proteger nuestra espalda, dar apoyo en la zona lumbar y evitar que se sobrecarguen los músculos.
Si conseguimos esto, además de cuidar la salud estaremos aumentando la productividad, por lo que todo es ganancia.
Ergonomía en el trabajo
La ergonomía es la disciplina que se enfoca en diseñar y adaptar el entorno laboral para que sean seguros, cómodos y eficientes para las personas que los usan. El objetivo de la ergonomía es mejorar la interacción entre las personas y su espacio de trabajo para reducir el riesgo de lesiones y fatiga, lo que puede aumentar la productividad y la calidad de vida de los trabajadores.
Recuerda que una silla de oficina de calidad cuenta con ajustes y regulaciones en altura, ángulos, así como soporte de la propia silla.
Estas funciones son imprescindibles no solo para que sea cómoda sino también para que su ergonomía y estabilidad sean óptimas para la persona que se sienta durante 8 o más horas frente a un escritorio o mesa de trabajo.
Los dolores de espalda
Cuando apostamos por una silla ergonómica, en cierta forma estamos invirtiendo en salud. Y es que, al poder sentarnos de la manera correcta, lograremos tener la mejor postura corporal posible y evitaremos dolores lumbares y fatiga. Si nuestra silla de oficina no es de calidad (o directamente no es ergonómica), podría afectar la zona de la espalda e incluso causarnos estrés y falta de atención en el trabajo.
El rendimiento laboral
¿Sabías que una silla de oficina cómoda puede aumentar el rendimiento laboral? Por el contrario, una mala postura durante tantas horas hará que tengamos menos energía e incluso que lleguemos a puntos de desmotivación y saturación. Si estamos cómodos, está demostrado que trabajaremos mucho mejor, aumentando los niveles de creatividad, iniciativa y productividad.
Cómo tiene que ser una silla para oficina
En cuanto a cómo deben ser estas sillas para ser más funcionales y cómodas, podemos crear una lista en la que figure: estabilidad, respaldo ajustable, asiento regulable, brazos ajustables, reposacabezas (opcional) y material transpirable.
Además, hay que señalar que las espumas que se usan tanto en el asiento como en el respaldo son también muy importantes. Si son espumas de calidad, aguantarán mucho más tiempo, lo que implica que la inversión será muchísimo más rentable.
En cuanto a los materiales, si bien es cierto que las de PVC son más económicas, las que tienen acabados metálicos cuentan con un plus de calidad y durabilidad.
Sea como sea, debemos pensar siempre en una silla de oficina como un elemento imprescindible para la productividad, pero también para el bienestar de los trabajadores. Un aspecto que jamás debemos dejar de lado y que tenemos que cuidar tanto como el de los escritorios.
Fuente: Arquiproductos